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Barbón Martínez, Emilio | Reseñas históricas | Política y empresa | Políticos | El Rebollusu | Pola de Laviana | Laviana | Comarca del Valle del Nalón | Centro de Asturias | Montaña de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.
Descripción
«Es la política la que se hizo para el hombre, y no a la inversa. La fuerza de la democracia, como ninguna otra, es una creación social. Son los hombres y mujeres que la apoyan quienes encarnan su impulso ético y su afán regenerador» (Emilio Barbón).
Resulta difícil explicar la conquista de la libertad y la democracia en nuestro país sin nombrar la figura de Emilio Barbón, una persona que ha dedicado su vida a luchar por los derechos de los ciudadanos y que hoy se consagran en nuestra Constitución Española como fundamentales.
Incansable batallador, Emilio Barbón Martínez nació en El Rebollusu (Pola de Laviana) el día 26 de mayo de 1930. Aunque arrastraba desde su nacimiento una enfermedad que le limitó siempre físicamente para caminar, ello nunca le impidió moverse por sus convicciones desde bien joven, cuando con apenas 11 años se trasladó con sus padres a vivir en la localidad de Barredos, donde comenzó sus estudios de primaria.
Hijo de José Barbón, barrenista del pozo San Mamés, y de Josefina Martínez, su infancia se desarrolló en una barriada proletaria sufriendo en sus carnes las continuas penalidades que la clase obrera padecía en unos años (1941) extremadamente difíciles debido a circunstancias por todos conocidas. Sin duda, ese ambiente de penalidad le marcó ideológica y políticamente.
Pronto surgieron esas inquietudes políticas cuando a la corta edad de 15 años escuchaba las tertulias en el bar de Tomás Blanco, donde los mineros gritaban en silencio sus quejas que no podían compartir más que con sus propios compañeros de fatiga, como una especie de discurso retórico encaminado al desahogo.
Sin duda aquellos años de juventud hicieron que Emilio Barbón tomara conciencia de que todo aquello debía cambiarse, y sus años en la Facultad de Derecho, cuyos estudios finalizó en julio de 1957, le hicieron entrar en contacto con estudiantes capitalinos de la misma convicción.
Tras su licenciatura, regresó a Barredos dispuesto cambiar el estado de cosas, ingresando en el Partido Socialista y participando en innumerables reuniones clandestinas que dieron forma política a sus inquietudes. Le impresionaron personajes como Eduardo Viesca, Jesús García Montes, José Matas o Herminio Álvarez, trabajadores anónimos que sacrificaban su seguridad por un ideal de conquista social utópico por aquel entonces.
El año de 1962 resulta clave en su vida. Fue un año difícil, pues a la muerte en el exilio de Indalecio Prieto se unía el 7 de abril una impensable huelga en el asturiano Pozo Nicolasa (Ablaña, Mieres), iniciándose así el mayor movimiento huelguístico que haya tenido que afrontar el gobierno franquista. Dicho movimiento se extiende rápidamente por toda la zona asturiana del Caudal y del Nalón, así como por el País Vasco, Cataluña y Madrid, apoyado por la movilización de los estudiantes universitarios. Las huelgas prosiguen en mayo a pesar de haberse decretado por el Régimen el estado de excepción en Asturias, Guipúzcoa y Vizcaya el 4 de mayo.
Finalmente, el Gobierno de Franco cede, y el 24 de mayo de 1962 aparece en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un decreto del Ministerio de Industria por el que se elevan los precios del carbón para el restablecimiento de un nivel equitativo en los salarios de las minas, lo que constituye un triunfo sin precedentes de la clase trabajadora.
En todo este periodo Emilio Barbón destacó por su claridad de planteamientos y su capacidad de análisis, que plasmaba en los Informes de la Situación Social de las Cuencas y que el partido le encargaba para luego ser objeto de estudio y debate interno que permitiera trazar las estrategias políticas de actuación.
Esos informes, que firmaba en la clandestinidad con el nombre de Nicolás, resultaron claves en la huelga del 62, ya que Emilio Barbón era el hombre de enlace entre las Cuencas (cuna de la revuelta) y la Comisión Ejecutiva del Partido Socialista.
Esta actividad interna supo compaginarla con constantes viajes a Francia, donde se encontraba la cúpula del partido en el exilio, a la que informaba de la situación de revuelta que se estaba produciendo en Asturias.
En agosto de 1967 se constituye un nuevo Comité Ejecutivo de la Federación Socialista Asturiana, donde Emilio Barbón es nombrado presidente.
A finales de 1969 la nueva dirección de la Federación Socialista Asturiana nombra a Emilio Barbón secretario de Propaganda del Partido Socialista.
Ya en la transición, el 2 de enero de 1977, año en el que se legaliza el Partido Socialista, se celebra en Oviedo el 19º Congreso Socialista (el primero de la democracia) y en el que Emilio Barbón es nombrado presidente.
Posteriormente, la trayectoria de Emilio Barbón, que hasta ese momento se había desarrollado íntegramente en Asturias, aunque con frecuentes viajes a Francia para informar de los acontecimientos políticos que se estaban desarrollando en nuestra región, da un salto y es elegido diputado de las Cortes por Asturias en las primeras elecciones generales de la democracia, participando como diputado constituyente en la aprobación de la actual Constitución Española (1978).
Siempre dispuesto a aportar su trabajo y dedicación por la región asturiana, abandona su acta de diputado cuando es llamado por Rafael Fernández a configurar el Gobierno preautonómico de Asturias, en el que desempeña el cargo de consejero regional de Trabajo y Acción Social.
Tras cumplir su periodo en el Ejecutivo asturiano, abandona voluntariamente la política activa para, sin dejar de colaborar con todos los proyectos para los que es requerido, dedicarse por entero a su labor profesional de abogado.
En mayo de 1989, el Consejo General del Poder Judicial lo nombra magistrado de la Sala Civil-Penal del Tribunal Superior de Justicia como jurista de reconocido prestigio, cargo que desempeña hasta el 21 de mayo de 1999.
Entre los numerosos galardones y reconocimientos a su trayectoria caben destacar la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, concedida el 31 de julio de 1998 por el Consejo de Ministros mediante Real Decreto 1767/1998; Medalla de la Junta General del Principado de fecha 16-octubre-1992; la Orden del Mérito Constitucional por Real Decreto 1385/1988 de fecha 18 noviembre de 1988, o la Cruz distinguida de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
Asimismo, y en reconocimiento a su infatigable lucha por las libertades públicas y los derechos fundamentales de los ciudadanos y las ciudadanas y en defensa de la libertad y la democracia, a sus valores humanos, a su capacidad de esfuerzo y superación, y a su compromiso político y sindical, es por lo que el Consejo de Gobierno, al amparo de lo dispuesto en la Ley del Principado de Asturias 4/1996, de 15 de mayo, reguladora de los Honores y Distinciones del Principado de Asturias, en su reunión de 28 de agosto de 2003, acuerda concederle, a título póstumo, la Medalla de Asturias, en su categoría de oro.
Emilio Barbón fallece en Pola de Laviana el 14 de junio de 2003, dejando un gran legado político y erigiéndose en ejemplo de compromiso ciudadano; pues Emilio sabía que por encima de su condición de político debía primar su condición de ciudadano. Porque para Emilio Barbón la política, como ideal, debía combatir el egoísmo, la prepotencia y la vanidad sobre los pilares de un principio inalienable: la honradez. Y sólo desde esta premisa resulta posible concebir la democracia como la actitud agente, vital y colectiva de la comunidad y de cada uno de sus miembros ante los problemas que su propia evolución plantea. Entendía la democracia, no como una panacea, sino como una costosa posibilidad; no como un hallazgo estático, sino como un propósito continuado; como un aprendizaje continuo; como un proceso que desde el convencimiento y la generosidad debería contribuir al desarrollo de la responsabilidad colectiva. Para él, la democracia, más que una forma de gobierno, debía ser una actitud.
Con sus palabras Emilio Barbón nos enseñaba que sólo desde la ética individual resultaba posible alcanzar esos valores colectivos a los que todos aspiramos. Que sólo desde la ética individual conseguiríamos convertirnos en una especie de pesadilla necesaria que contribuyese a desvelar el sueño de una sociedad empeñada en hacer estático y no dinámico el interior del hombre; una sociedad que pretende anestesiarlo mediante una total identificación con los demás, intentando que la dependencia triunfe sobre la autonomía, la opresión sobre la libertad, la diversión prevista sobre el placer intransferible; en definitiva, una sociedad cuyo objetivo parece orientado a que el individuo sustituya el ideal de sí mismo por el que a la sociedad le parece de más fácil manejo.
Y éste es el ideal que defienden todos los que, de una u otra forma, han contribuido al nacimiento de la Fundación Emilio Barbón, que estará abierta a todos aquellos ciudadanos que con ese mismo ideal quieran acercarse a ella, con independencia de su adscripción ideológica; pues no debe confundirse nunca ideal con ideología. Si algo nos enseñó Emilio Barbón fue precisamente esa diferencia, al concentrar en su persona la admiración de gentes de ideología variada que supieron valorar en él su honradez política, su honestidad y entrega ciudadana, así como su incorruptible pensamiento; ingredientes todos que conformaron su ideal de lo que debía ser la política. Un ideal que a través de la Fundación que lleva su nombre se pretende trasladar a la sociedad.
Bibl.: Francisco Trinidad: Emilio Barbón. El triunfo de la voluntad, edit. KRK Ediciones y Fundación Emilio Barbón, 2007; Fundación Emilio Barbón: Escritos diversos de Emilio Barbón (2010), libro publicado por dicha fundación en el que se recopilan artículos de este histórico socialista lavianés fechados entre 1956 y 2002.
Fuente: Fundación Emilio Barbón.
Concejo de Laviana
Debe su nombre a una antigua vía romana y su ‘chalaneru' es conocido en el mundo entero. Palacio Valdés la puso en el universo de la literatura universal. El río Nalón, sus bosques y valles, sus rutas, su patrimonio, sus aldeas, sus gentes amigables y su capital son un combinado único. Así es Laviana.
Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Laviana son: Aller, Bimenes, Mieres, Nava, San Martín del Rey Aurelio y Sobrescobio. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Laviana, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.
Comarca del Valle del Nalón
Carbonífero y minería, castilletes y museos que rememoran un pasado de industria, movimiento obrero, revolución tecnológica y kilómetro Europeo de la Cultura. En la zona alta, el Nalón —el río más largo de Asturias—, y el Parque Natural de Redes, Reserva de la Biosfera, son el contrapunto más natural.
La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Caso, Langreo, Laviana, San Martín del Rey Aurelio y Sobrescobio. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.
Conocer Asturias
«La cocina asturiana también es famosa por sus pescados y mariscos frescos. La costa cantábrica de Asturias ofrece una gran variedad de productos del mar, como el bonito, la merluza, la lubina y los mariscos, que se preparan de diversas formas. El pescado a la sidra es una preparación muy popular, en la que el pescado se cocina lentamente en una salsa de sidra con cebolla y especias, creando un plato jugoso y lleno de sabor.»
Resumen
Clasificación: Reseñas históricas
Clase: Política y empresa
Tipo: Políticos
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Laviana
Parroquia: Pola de Laviana
Entidad: El Rebollusu
Zona: Centro de Asturias
Situación: Montaña de Asturias
Comarca: Comarca del Valle del Nalón
Dirección: Rebolloso
Código postal: 33989
Web del municipio: Laviana
E-mail: Oficina de turismo
E-mail: Ayuntamiento de Laviana
Dirección
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